Una actividad que contó al principio con el recelo de los alumnos por el esfuerzo que requiere pero que aunaba el entusiasmo de profe y padres era el de aprender mecanografía, sin duda de gran utilidad.
Sin embargo, cuando los chavales le pillaron el tranquillo y fueron capaces de escribir mirando al tendido, miran con otra cara al programa de mecanografía y entienden nuestro empeño.
No se pierdan la posición correcta de los diez dedos. Todos nos sentimos orgullosos del progreso.
Juan.
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