Esta vez nos hemos adentrado más en el mundo de la fantasía, la creatividad y la imaginación. Hemos hecho un recorrido por el que superamos diferentes retos a través de desarrollar habilidades motrices. Y para ello vamos contando una sencilla historia:
Cuentan los que cuentan cuentos que un día como hoy nació un niño llamado Arturo.
Arturo tiene una cabeza, un cuello, dos hombros, dos brazos, dos manos, dedos en las manos, un ombligo, dos piernas, dos pies... Era un niño muy alto muy alto que tenía un perro muy largo muy largo que se llamaba Mimosón.
A Mimosón le encantaba pasear de un lado para otro, y ponerse a dos patas. Arturo jugaba a tirarle la pelota lejos o cerca y Mimosón siempre la traía. Pero un día Arturo le tiró la piedra tan tan lejos... que su perro se perdió en el bosque. Arturo cogió su moto y llegó hasta el bosque.
Lo primero que tuvo que cruzar fue un estrecho camino rodeado de árboles, después se encontró con un riachuelo que tuvo que saltar sin mojarse. Nada más cruzar el riachuelo se encontró con un precipicio bastante peligroso por el que debía pasar con mucho cuidado. A continuación se encontró un puente que tuvo que pasar por debajo y finalmente saltar unas rocas enormes.
Al fin llegó hasta Mimosón, lo llevó a casa y todos se pusieron locos de contentos dando saltos de alegría y estaban tan cansados que se tiraron al sofá a descansar.
Rosa.
Una ventana a nuestras extraescolares
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