Por eso nosotros también quisimos celebrarlo de una manera especial. Reutilizamos rollos de papel higiénico para convertirlos en coloridas portadas de nuestras historias; algunas las inventamos, otras eran cuentos clásicos. No hizo falta escribir palabras, sino que plasmamos los cuentos mediante dibujos... Así todos pudimos entenderlos...
¡Enhorabuena a mis niños por su primer libro!
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