
Que divertida es la ciencia si jugamos con ella.

También jugamos con las lupas a ver la realidad aumentada y hemos comprendido el motivo de ello.

No nos podía faltar un experimento, y para ello hemos exprimido zumo de limón, y hemos dibujado con él en un folio; a simple vista una vez seco no se apreciaba nada, pero si le dábamos calor con una vela... ¡Tachán!
Y finalmente echamos mano a los imanes, algo que les ha fascinado, porque se atraen, se repelen, giran uno en torno al otro sin caerse e incluso pueden empujarse entre ellos.
¡Pero que divertida puede llegar a ser la ciencia!
Rosa.
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