Por eso hemos "plantao" este árbol otoñal, pero con colores muy personales que lo hacen así de especial. Está hecho con hojas ya caídas de los árboles a las que hemos dado vidilla con las témperas; y es que estabamos un poco aburridos con la cancioncita de "otoño llegó marrón y amarillo".
Y como también queremos divertirnos, qué mejor manera que recordar y aprender algunos juegos de Maricastaña, como el escondite inglés, el ratón y el gato, las carreras de sacos... Mira que hacía frío, ¡pero acabamos con los coloretes subidos!
Patri
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