Nada mejor para aprender cada rincón de la casa y su mobiliario que creando la nuestra. Con una caja que ya no usábamos, construimos cada parte de la casa al completo y conversamos sobre ella.
Además, incluimos a nuestro vocabulario todas aquellas palabras relacionadas con nuestros juguetes favoritos en un mural en forma de regalo que recogía todas ellas.
Los más pequeños conocieron a la “family finger” y crearon sus propias marionetas para cantar la canción y aprenderse los principales miembros de la familia.
Y es que no hay nada mejor que aprender en familia.
Irene.
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