
Y terminamos nuestro primer trimestre y año con una navidad muy comestible y deportiva.
En cocina hacemos una postal de navidad con un árbol muy original, pues si algo somos nosotros es originales; dentro de la cocina en la variedad y la innovación está el gusto.
En deporte, la postal nos sirve para imaginarnos como mini-deportistas con gorro navideño incluido.
Desde aquí os deseo una navidad para comérsela, aderezada con amor, besos, abrazos y buenos deseos. Y que sigáis soñando porque lo único imposible es lo que no se intenta.
¡Nos vemos muy pronto, el año que viene!
Eli.
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