

Y pediros disculpas porque vuestros peques, como estáis comprobando, regresan a casa "poquito" manchados. Comprender que para poder aprender hay que meter las manos, experimentar; y eso trae como consecuencia el "desastre de ropa que llevan". Pero y ¿la gran sonrisa con la que salen cada día de mis clases? No hay mancha que la eclipse.

Elaboramos nuestro pan con harina integral que según me cuentan estaba buenísimo.
Y fabricamos pasta de sal; la moldeamos, la dejamos sacar y luego le aplicamos una mano de pintura.
También observamos en directo, con un palomitero, como un granito de maíz se transforma en palomita. Nos ha costado no zampárnoslas y realizar una sorpresa muy especial con ellas.
Y claro así es como quedamos nosotros.

Eli.
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