Son muchos los talleres que, a propuesta de Jonathan, se han ido realizando. Pulseras con las piezas metálicas de las pinzas, culebras que bailan fabricadas con platos de cartón, tortugas corredoras muy otoñales fabricadas con media nuez, cajitas que guardan mil besos y otros tesoros. Además, en nuestros improvisados lienzos, damos rienda suelta sin complejos al pintor que llevamos dentro.
Y en las fechas en las que nos encontramos no pueden faltar los adornos navideños hechos con objetos cuyo triste destino era la basura. Menos mál que estaba ahí Mar y sus amigos para remediarlo.
Jonathan
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